Skip to main content

La muerte no triunfa. Triunfa la vida

Homilía de la Vigilia Pascual

 Hoy, con gran alegría y profunda fe, proclamamos el TRIUNFO DE JESÚS SOBRE LA MUERTE. Y este grito nuestro de esperanza lo hacemos en este momento en que pareciera que la muerte quiere ganar la batalla.


 La MUERTE NO TRIUNFA… TRIUNFA LA VIDA y desde el dolor, desde el temor, desde la angustia, debemos mirar la luz de la Resurrección del Señor.
La luz de Cristo Resucitado ilumina nuestras vidas e ilumina al mundo entero en este momento especial de nuestra historia.


 La vida de Jesús no termina en una cruz. Como nos dice San Pablo: “La muerte ya no tiene dominio sobre Él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar, vive ahora para Dios”


 El camino del Calvario nos ha llevado al camino de la Resurrección, al camino de la ¡Vida!, la Vida verdadera, la Vida Resucitada.


 ¡Cristo ha resucitado! Esta gran verdad debemos gritarla, comunicarla a los demás, debemos vivirla. Es la Vida que da sentido a nuestra vida.


 No podemos estar temerosos, como los guardias que cuidaban el sepulcro de Cristo. No podemos tener miedo como lo tuvieron las mujeres. Ellas buscaban a Cristo crucificado y recibieron el gran anuncio de la Resurrección: “No está aquí; ha resucitado”


 Ellas fueron hacia la tumba para honrar el cuerpo del Señor, pero la encuentran abierta y vacía. Un nuevo desconcierto por cierto, pero inmediatamente reciben el anuncio y el consuelo en su corazón.


 Este anuncio las llenas de gran ALEGRÍA, es el primer fruto de la Resurrección. La alegría en nuestras vidas porque el Señor no está muerto, ha resucitado.


 La alegría que debe marcar nuestra vida cristiana de cada día. La alegría de amar, de servir, de encontrarnos con el hermano, de trabajar en favor de la vida porque Cristo está VIVO.


 No perdamos, a pesar de tanto dolor y temor, la alegría de nuestras vidas. Que vivamos esa alegría en casa, y cuando esta pesadilla termine, seamos portadores de esa alegría a los demás.


 Las mujeres salen de prisa a comunicar que el Señor está vivo y a comunicar a los discípulos que vayan a Galilea, que allí verán al Señor. En el camino, de repente, Jesús les sale al encuentro. Es que el Señor viene siempre a nuestro encuentro, Él se hace siempre el encontradizo en el camino de nuestras vidas.


 Jesús les envía nuevamente a que vayan a los discípulos y que les digan que se dirijan a Galilea, que allí lo verán.


 ¿Dónde se encontraban los discípulos? Ellos estaban dispersos, es que después de la muerte del Maestro, como nos dice el Papa Francisco, “su fe se deshizo, todo parecía terminado, derrumbadas las certezas, muertas las esperanzas”. El anuncio de las mujeres, aunque increíble, se presentará como un rayo de luz en la oscuridad. La noticia se difundió: Jesús ha resucitado, como lo había dicho.


 Y hay un mandato claro: “IR A GALILEA”… allí verán al Señor resucitado.


 Todo empezó en Galilea. Allí los llamó el Señor y allí deben volver. Es allí donde habían dejado sus redes para ser “pescadores de hombres”.


 “Volver a Galilea quiere decir releer todo a partir de la cruz y de la victoria. Releer todo: la predicación, los milagros, la nueva comunidad, los entusiasmos y desalientos, hasta la negación y traición; releer todo a partir del final, que es un nuevo comienzo, de este acto supremo de amor” (Francisco).


 Allí es donde deben volver. Allí va empezar todo de nuevo en sus vidas. Y será un comienzo definitivo, para siempre, sin traiciones ni negaciones.


 Y, ¿Qué significa para nosotros volver a Galilea?, ¿Cuál es nuestra Galilea? ¿Cuál es el lugar de nuestro comienzo? ¿Dónde está mi Galilea? ¿La recuerdo? ¿Dónde empezó todo en nuestras vidas? ¿Dónde dejamos las redes y seguimos al Señor?
 Para “cada uno de nosotros hay una “Galilea” en el comienzo del camino con Jesús. “Ir a Galilea” significa para nosotros redescubrir nuestro bautismo como fuente viva, sacar energías nuevas de la raíz de nuestra fe y de nuestra experiencia cristiana. Volver a Galilea significa sobre todo volver allí, a ese punto en que la gracia de Dios me tocó al comienzo del camino” (Francisco).


 En nuestra Galilea debemos encontrarlo Resucitado, debemos ir allí para abrazarlo y adorarlo y para dejarnos abrazar por su amor misericordioso.

 

Quito, 11 de abril de 2020


 Desde nuestra Galilea debemos convertirnos en testigos de su resurrección. El volver a Galilea, “Es un volver al primer amor, para recibir el fuego que Jesús ha encendido en el mundo y llevarlos a todos, a todos los extremos de la tierra” (Francisco).


 Volver a Galilea para sonreír a la vida y a los que están a nuestro lado. Volver a Galilea para encender la esperanza en medio de esta pandemia. Volver a Galilea para comprometernos por la vida del otro. Volver a Galilea para extender nuestra mano solidaria al más necesitado. Volver a Galilea para vivir la lógica del amor y del servicio, que es la lógica de Dios.


 Volver a Galilea para que cuando nos podamos encontrar nos podamos dar un abrazo auténtico, podamos salir renovados para hacer un mundo nuevo, distinto al que vivíamos, un MUNDO RESUCITADO.


 Volver a Galilea nos convierte en portadores de la Buena Nueva del Señor, y nos compromete a anunciar a un Cristo vivo, a un Cristo presente aquí y hoy.


 Vivamos, no solo digamos, la GRAN VERDAD DE LA RESURRECCIÓN, y lo haremos amando y sirviendo, compartiendo todos los dones que Dios nos ha dado. Y hoy, de manera especial, construyendo la familia y haciendo de ella una Iglesia Doméstica viva, unida en un profundo amor.


 Que el Covid19 no apague nunca el fuego que hemos encendido hoy. No, esta enfermedad no va a apagar nuestra fe, nuestra esperanza, nuestra alegría y no va a callar la gran noticia de la Resurrección.


 Enciende en tu vida la luz de Cristo Resucitado. Enciende la alegría en medio de tantas lágrimas. Enciende la esperanza en medio de tanta desesperanza. ¡CRISTO VIVE! Ésta es la gran noticia. ASÍ SEA.