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Homilía del Domingo de Ramos

Quito, 05 de abril de 2020

❖ Hoy iniciamos una Semana Santa muy especial, viviremos una “Pascua a puerta cerrada” como nos ha dicho Francisco, y la viviremos en “penitencia, compasión, humildad y esperanza…”

❖ ¿Quién ha dicho que Jesús no sale hoy a nuestras calles? Está allí, no lo vemos, pero está allí. Allí están las procesiones, aunque no las veamos. No hemos caminado nosotros, más bien, el camino lo hemos hecho hacia nuestro interior con la mente y corazón, haciendo actual la entrada a Jerusalén, acompañamos a Jesús y decimos todos: “Bendito el que viene en nombre del Señor”.

❖ Hemos recordado el momento de la entrada de Jesús a Jerusalén, pero es importante no quedarnos en el recuerdo de todo lo que vivió Jesús en estos días. Tenemos que celebrarlos, hacerlos nuestros, los invito a VIVIR este MISTERIO PASCUAL.

❖ Empezamos una Semana Santa, marcada por el dolor, por las lágrimas, por el miedo, por la incertidumbre. Es sin duda una Semana Santa que marcará nuestra vida personal, comunitaria y social. Una Semana Santa que reafirmará nuestra fe y la sostendrá en estos momentos de tormenta.

❖ Vamos a vivir el “camino del Calvario”. El camino del Misterio Pascual, el camino de la pasión, muerte y Resurrección de Jesús. Camino que muchos viven hoy en carne propia con mayor dolor pero que sin duda, todos estamos recorriendo.

❖ Vivamos todo este misterio con profundidad. Caminemos con Cristo en su pasión, muramos con Cristo y resucitemos con Él, porque hoy más que nunca, frente a la realidad de la muerte que nos ha golpeado y golpeará de cerca, debemos proclamar que la muerte de Cristo termina en la Resurrección.

❖ Hemos leído el Evangelio de la Pasión del Señor. Un Evangelio que no puede ser indiferente para nosotros. Un Evangelio que nos cuestiona, nos hace reflexionar, pero sobre todo, que nos lleva a preguntarnos quiénes somos ante Jesús que sufre, quiénes somos frente al hermano que sufre en esta realidad de la pandemia por la que atravesamos.

❖ ¿Quién soy yo delante de Jesús entrando en Jerusalén en este día? ¿He perdido toda alegría por el dolor y el temor? ¿Soy capaz de alabarlo y proclamarlo Rey? ¿Me quedo distante de Él? ¿Me quedo lejano porque me he alejado de Él en mi vida de cada día?

❖ En el Evangelio, sin contar a Jesús, hay 18 personajes, unos con nombres concretos, otros son presentados como grupo, pero todos intervienen en este camino de cruz. Y en el camino de nuestra pasión de hoy hay muchísimos más, y ante ellos, tampoco puedo ser indiferente.

❖ ¿Con quién me identifico? ¿A quién me parezco? ¿Me parezco a Judas, a Pilato, a Pedro, al pueblo que condena, a los discípulos?

❖ ¿Quién eres tú, delante de Jesús que sufre? No puedes quedarte indiferente, no lo puedes hacer. Tienes que asumir una postura real, concreta ante Jesús que va camino del Calvario.

❖ Son tantos personajes, son tantos nombres… ¿con quién te identificas?

❖ Están los sumos sacerdotes, ancianos del pueblo, escribas, fariseos, algunos maestros de la ley, que habían decidido matar a Jesús.

❖ Está Judas, quien vende al Señor por treinta monedas. ¿Acaso soy como él? ¿No he vendido y traicionado a Cristo muchas veces con mis actitudes?

❖ Están los discípulos, que no entienden nada, que no comprenden las palabras de Jesús en la última Cena, que duermen y no pueden velar en oración. ¿Soy como ellos? ¿Comprendo lo que Jesús quiere en mi vida y lo que Él me dice?

❖ ¿Soy capaz de estar vigilante en mi vida cristiana? A veces tenemos una vida cristiana dormida, sin sentido, no entendemos nada ni nos comprometemos con Cristo cada día.

❖ Está el discípulo que quiere resolver todo con la fuerza, el que corta la oreja al criado del sumo sacerdote. ¿Acaso mis palabras, gestos y acciones no son violentas y no siembran amor sino todo lo contrario?

❖ Están los falsos testigos, los que son pagados para dar un testimonio en contra de Jesús. También puedo ser uno de ellos, con mi vida falsa, que busca quedar bien ante todos, pero es eso, una vida falsa, mentirosa.

❖ ¿O soy como Pilato? Lleno de cobardía y de miedos. Sí, muchas veces sí, cuando veo que es difícil ser cristiano me lavo las manos por temor.

❖ ¿Me identifico con Pedro? Ese Pedro decidido pero cobarde al mismo tiempo. Ese Pedro que dice que no va a caer ni a negarlo, pero ante el miedo lo hace. ¿Cuántas veces he negado a Jesús ante los demás, ante el qué dirán? Quizás muchas veces… muchas veces he sido Pedro en mi vida.

❖ Puedo ser como la multitud pagada que pide la muerte de Barrabás. ¿Cuántas veces me dejo arrastrar por los otros en mis acciones?

❖ Hay muchos más, están los soldados, el Cireneo, los que pasan delante de la cruz burlándose, los dos ladrones, las mujeres valientes al pie de la cruz.

❖ ¿Soy como José de Arimatea, el discípulo que lleva el cuerpo de Jesús con amor para darle sepultura? ¿Sirvo y cuido el cuerpo de tantos hermanos que sufren hoy? ¿Lo hago con amor? Hoy muchos mueren y son puestos en la calle, ¿hay los José de Arimatea para recoger esos cuerpos? Que los recojan con amor porque son hermanos que han caído ante el Covid19.

❖ Queridos hermanos… muchos personajes, pero uno central: JESÚS, que da la vida, la entrega por amor y nos da la salvación.

❖ Muchos personajes…pregúntate finalmente: ¿Dónde está mi corazón? Eleva tu mirada y corazón a Dios, hoy más que nunca. Que la cruz de Cristo que abrazas te dé la fortaleza en esta Semana Santa especial, una semana que nos ayudará a entender que la muerte no gana la batalla, que la luz de nuestro horizonte cristiano es la RESURRECCIÓN.

❖ Y vuelve a preguntarte: ¿A cuál de estas personas me parezco? Que esta pregunta nos acompañe durante toda esta semana. ASÍ SEA.