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HOY ES NOCHE BUENA

HOMILÍA DE NOCHE BUENA

Quito, 24 de diciembre de 2021

La espera ha terminado, hemos estado vigilantes, hemos realizado un camino de “comunión, participación y misión”, a la luz del camino sinodal, hacia el encuentro del Señor, nos hemos preparado para recibirlo.

Hoy esa espera termina, HOY ES NOCHE BUENA y mañana es NAVIDAD.

Estoy convencido de que, “El mejor pesebre siempre será tu corazón”. Sí, es ahí donde debe nacer el Señor hoy. Debe nacer en mi corazón, en tu corazón, en el corazón de cada uno de los que estamos aquí celebrando este gran misterio de amor de Dios, en el corazón de todos.

Debe nacer en el pesebre del corazón de la familia. Que nazca Jesús en nuestras familias, de manera especial en las familias de mis queridos seminaristas, y ello será posible cuando haya amor.

Recordemos las palabras del Papa Francisco: “María fue la mujer, que, con amor, supo convertir una cueva de animales en un hogar”.

Que cada familia prepare el pesebre de su corazón para que nazca el Niño y lo preparará cuando haya perdón, diálogo, cercanía, escucha, comprensión, servicio y fraternidad y todo ello, fruto del amor.

Que nazca en la gran familia que es la Iglesia, que paso a paso va recorriendo el camino sinodal propuesto por Francisco. Debemos sentirnos y ser en verdad ese “Pueblo de Dios” que acoge al Señor, que está abierto a todos, que sabe escuchar y que vive la cercanía, porque, “el estilo de Dios es la cercanía”, hoy más cercano que nunca, porque viene a salvarnos.

Celebramos en Navidad un MISTERIO MARAVILLOSO. El misterio del Dios que ama incondicionalmente que quiere compartir nuestra misma historia, hacerse uno de los nuestros.

En Navidad, Dios se hace hombre, se hace Niño… es un misterio de amor. Y este Dios se hace hombre en el seno de una familia. Dios ha buscado una familia para “humanizar a su Hijo”. Dios se “humaniza” en un hogar, en una familia. Dios se hace hombre y llega en el corazón de una familia sencilla pero llena de amor. Y esto es sencillamente maravilloso.

Dios nace hoy en tu familia, con su realidad concreta, con sus problemas y alegrías, con sus crisis, pero también con sus esperanzas. Dios nace en tu familia, permite que nazca el Señor allí, en el calor de tu hogar y caminen como familia iluminados por la Sagrada Familia de Nazaret, modelo de toda familia.

Navidad es ese Dios que se hace hombre, se hace Niño. ¿A qué nos compromete este hacerse humano de Dios?”.

Debe llevarnos en primer lugar a “seguir creciendo en HUMANIDAD”. Nuestro mundo, nuestra ciudad, nuestra sociedad, nuestra familia, necesita hoy más que nunca de HUMANIDAD.

Necesita que crezcamos en el respeto mutuo, paciencia, comprensión, servicio, paz, generosidad, entrega, solidaridad… crezcamos en humanidad, seamos más humanos, más hermanos.

Necesitamos crecer también en un corazón más humano, porque allí encontramos también a Dios.

Necesitamos crecer en solidaridad y comunión con aquellos que más lo necesitan. Celebrar la Navidad nos debe llevar siempre, mirando a Jesús Niño en el pesebre, a ver al hermano necesitado, al descartado de la sociedad, al que sufre las consecuencias de la pandemia, escondido en tantas “cuevas” de miseria, en tantas “cuevas” de injusticias, en tantas “cuevas” de soledad.

Esta Navidad debe llevar a HUMANIZARNOS. Debe llevarnos a AMAR MÁS, debe llevarnos a ser “SOLIDARIOS CON EL HERMANO”.

¿Cómo llegamos a esta Navidad 2021? Posiblemente llenos de ruidos exteriores. Es que “normalmente la Navidad parece una