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La semilla del compromiso y del servicio

HOMILÍA EN EL ENVÍO DE LOS JÓVENES A LA JNJ2022

Quito, 17 de septiembre de 2022

Por Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb

Con mucha alegría, pero no sin sacrificios personales, celebro esta Eucaristía de envío de ustedes jóvenes que van a participar de la Jornada Nacional de la Juventud 2022 en la querida ciudad de Loja.

Quizás muchos de ustedes no saben, queridos jóvenes, la historia de esta VI Jornada Nacional de la Juventud. El 5 de agosto del año 2018, en el sur de esta ciudad de Quito, en la Plataforma de Quitumbe, junto con unos trescientos jóvenes lojanos, acepté el reto de organizar esta Jornada, y lo hice como Obispo de Loja que era en ese entonces. Usé una frase que se dice en Macará, cantón fronterizo con el Perú. Macará es el “Lugar donde comienza y termina la patria”. Basándome en esa frase expresé que, “Loja, queridos jóvenes, lugar donde comienza y termina la patria les espera el 2021”. Y puse a este gran encuentro juvenil bajo el manto de la querida Virgen de El Cisne.

Los años pasados, por motivo de la pandemia no pudo ser el 2021 y es ahora en este año 2022 cuando Loja se convertirá en la “gran capital juvenil” del Ecuador. Hacia allá vamos todos nosotros, hacia allá nos encaminamos, no importa la distancia, tenemos la gran ilusión de ir y encontrarnos con muchos cientos y miles de jóvenes para vivir una experiencia de fe llena de alegría, compromiso, fe y riesgo, sí, hablo de riesgo, porque hay que arriesgar la vida de jóvenes para ser discípulos del Señor hoy y aquí.

El Papa Benedicto XVI les decía a ustedes: “Joven, no tengas miedo al desafío, ten miedo de una vida sin sentido”. Pudiéramos preguntarnos acerca de cuál es el sentido que ustedes jóvenes deben dar a sus vidas.

Y quiero unir el desafío que les presenta el Papa emérito al desafío de sus vidas.

¿Cómo van a dar sentido a sus vidas jóvenes? Yo les diría a ustedes una sola cosa, acogiendo en sus vidas la semilla de la que nos habla hoy la conocida parábola del Sembrador.

Quiero detenerme en la semilla, sabiendo bien que la semilla es la Palabra de Dios, como nos dice Francisco: “La Palabra de Dios es una semilla que en sí misma es fecunda y eficaz; y Dios la esparce por todos lados con generosidad, sin importar el desperdicio. ¡Así es el corazón de Dios! Cada uno de nosotros es un terreno sobre el que cae la semilla de la Palabra, ¡sin excluir a nadie!”. Tú mi querido muchacho, yo, todos nosotros somos ese terreno y Dios ha esparcido generosamente su semilla, la Palabra en nuestras vidas.

Les invito a pensar un poco más allá acerca de cómo podemos especificar esa semilla que es la Palabra de Dios. ¿Qué semilla ha llegado a tu vida?

Creo que ha sido sembrada en tu vida de joven la semilla de la alegría y de la vida. Tu vida es un regalo de Dios, no la puedes desperdiciar, tienes que darle sentido cada día. Y en esa vida joven de pocos años, debes encontrar la verdadera alegría, que no viene de lo pasajero, de lo efímero, de lo que te puede dar placer un momento, sino que viene de algo mucho más profundo que tienes que ir descubriendo tú mismo.

Ha sido sembrada en tu vida de joven la semilla de la responsabilidad, de la libertad y de la voluntad. ¿Qué vas a hacer con esos dones que te ha dado Dios? Pues una sola cosa, construir tu vida. Recuerda que tú eres el primer responsable de tu propia vida. Eres tú quien debe trabajar estos años jóvenes y debes hacerlo responsablemente. Nadie hará por ti el trabajo, y para ello tienes el gran tesoro de la libertad, que no es hacer lo que quieres sino lo que debes y debes hacerlo con voluntad que no es otra cosa que la facultad del corazón, es decir, querer algo y hacerlo, poner todo tu empeño, aunque cueste, aunque no es fácil, y no lo será, ten la seguridad de ello.

Ha sembrada en tu vida de joven la semilla del compromiso y del servicio. La JNJ2022 nos presenta a María en su actitud de levantarse y salir, nos dice el Evangelio, que salió corriendo. ¿A qué salió corriendo María, joven como tú? Salió a servir a los demás, no se quedó sentada pensando y agradeciendo, asumió el llamado de Dios, asumió el compromiso que Dios ponía en su vida de joven, y fue a servir a su prima Isabel.

Tu vida, mi querido muchacho, no tiene sentido centrada en ti mismo, buscando simplemente tus cosas, realizando tus caprichos o tus gustos. Aprende a ver más allá, aprende a ver a los demás, aprende a ver al más pobre que está a tu lado, al necesitado, y toma el compromiso de servirlo de corazón, pon tu vida al servicio de los demás y te aseguro que esa vida tendrá un sentido pleno y ese servicio te llenará de alegría.

Por último, aunque hay muchas más semillas, en tu vida se ha sembrado la semilla de la fe. Eres un joven cristiano, vives tu fe de cristiano, y eso es un reto hoy en día. Tienes el desafío de ser testigo joven de fe en un mundo y en medio de muchos de tus amigos que no creen. Te digo una frase que escuché a tu edad de joven y que me ha guiado siempre: “El mundo es de Dios y se lo alquila a los valientes”. Sé ese joven valiente, ese joven cristiano que vive valientemente su fe y la vive con la alegría de sus años jóvenes en actitud de levantarse y salir como lo hizo María.

El Papa Francisco te recuerda que, “Hacer fructificar la semilla depende de nosotros, depende de la acogida que reservamos a esa semilla. A menudo estamos distraídos por demasiados intereses, por demasiados reclamos, y es difícil distinguir, entras tantas voces y tantas palabras, la del Señor, la única que hace libre”.

Que no te distraigan las “voces del mundo”, que esas voces y tanta bulla a tu alrededor no te impidan que fructifique en tu vida la semilla. Mira a tu corazón, no mires solamente al celular, que es también una gran voz que te impide escuchar la verdadera voz de Dios.

¿Qué vas a poner en tu mochila para ir a Loja? Te invito a poner ilusión, esperanza, ganas de participar, apertura a todos, energía juvenil, corazón para compartir con todos, entusiasmo y sobre todo, tu vida misma de joven para que la JNJ2022 sea una experiencia juvenil que te ayude a crecer como un joven auténtico.

Que María, modelo perfecto de tierra buena y fértil, nos ayude, con su oración, a convertirnos en tierra disponible sin espinas ni piedras para que podamos dar frutos para nosotros y para nuestros hermanos.

Y al regresar de Loja recuerda que tienes un compromiso para hacer de esta Arquidiócesis de Quito, una Iglesia con rostro joven. Este Obispo cree en ustedes, espera de ustedes y confía en ustedes. Trabajemos juntos, les doy mi corazón, siempre joven, para hacer de Quito una Iglesia con compromiso juvenil. ASÍ SEA.