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Arquidiócesis

Así se vivió la celebración de Corpus Christi en las calles del Centro Histórico de Quito

Quito, 12 de junio de 2023

José Colmenárez 

Después de cuatro años, el Centro Histórico de Quito, volvió a llenarse de color; pues en las calles García Moreno y Venezuela, se realizaron más de cuarenta alfombras florales y algunos altares, para celebrar la solemnidad de Corpus Christi, fiesta que honra a Jesucristo presente en la Hostia Consagrada.

La celebración de “El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo” inició a las 10h00 del domingo 11 de junio en la Catedral Metropolitana, allí el Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, recordó que esta fiesta “está profundamente metida en el corazón, en el alma, en la mente y en la fe de nuestro pueblo”, quienes cada año elaboran alfombras con pétalos de rosas, aserrín, hojas de árboles, y en ellas plasman mensajes e imágenes de agradecimiento a Dios por el regalo más hermoso que ha podido regalar a sus hijos, la Eucaristía.

Mons. Espinoza destacó que actualmente “hay muchas tradiciones en todo el país y es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, la que reúne a miles, la que mueve la vida, la que hace salir lágrimas y también la que endulza nuestras vidas con los tradicionales dulces de Corpus”.

El Sr. Arzobispo invitó a los fieles a celebrar esta Fiesta de Corpus, “pensando seriamente en cuál será nuestro compromiso al comer y beber el Cuerpo y la Sangre de Cristo”. Reveló que esta celebración tan importante para Iglesia Católica, no puede quedarse solamente “en contemplar la belleza de las alfombras de flores”, sino que “debe llevarnos a comprometernos con la vida de todos, y esto es más fuerte o urgente, cuando celebramos el Cuerpo y la Sangre de Cristo”.

Por otro lado, explicó que la Fiesta de Corpus este año está marcada por la preparación del 53º Congreso Eucarístico Internacional (IEC2024), motivo por el cual exhortó a las personas a reflexionar y poner en práctica el lema escogido por el Papa Francisco: “Fraternidad para Sanar el mundo”. “Partimos de la mesa eucarística para crear fraternidad, para servir a los débiles, para sanar tantas heridas del mundo de hoy”, enfatizó.

Mons. Espinoza explicó que para vivir la fraternidad y poder sanar las heridas del mundo también es necesario recordar las palabras iluminadoras del Papa Francisco: “Es urgente que ahora nos hagamos cargo de los que tienen hambre de comida y de dignidad, de los que no tienen trabajo y luchan por salir adelante. Y hacerlo de manera concreta, como concreto es el Pan que Jesús nos da. Hace falta una cercanía verdadera, hacen falta auténticas cadenas de solidaridad. Jesús en la Eucaristía se hace cercano a nosotros, ¡no dejemos solos a quienes están cerca de nosotros!”.

En este mismo sentido Mons. Espinoza con sus dotes de educador hizo algunas preguntas a los fieles de manera personal: “Y tú, ¿Eres constructor de fraternidad? ¿Buscas sanar las heridas de los demás? ¿Vives una cercanía verdadera con el que sufre? Y hoy nuestros hermanos de Esmeraldas están sufriendo, allí hay lágrimas, hay dolor, hay pobreza, hay miseria y desesperación. Ante ello, ¿Nos quedamos en compasión vacía o estamos dispuestos a forjar una verdadera cadena de solidaridad?”

“Jesús nos habla en silencio en el Misterio de la Eucaristía y cada vez nos recuerda que seguirlo quiere decir salir de nosotros mismos y hacer de nuestra vida no una posesión nuestra, sino un don a él y a los demás”, explicó.

Al término de la Eucaristía, Mons. Alfredo Espinoza, con la Custodia en mano recorrió las Calles García Moreno y Venezuela, en medio de las alfombras que median al menos 10 metros de largo por tres de ancho cada una, mientras que las personas adoraban a Jesús Sacramentado y otros entonaban cantos eucarísticos.

La Celebración concluyó dentro de la Basílica del Voto Nacional, lugar donde el Sr. Arzobispo impartió la Santa Bendición a todos los presentes.

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