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Arquidiócesis

Más de 60 alfombras florales llenaron de color la procesión de Corpus Christi en Quito

Quito, 2 de junio de 2024

José Colmenárez

Las alfombras florales fueron creadas por miembros de distintos grupos de apostolado pertenecientes a la Arquidiócesis de Quito. Más de 600 personas participaron en su confección, realzando así la celebración de Corpus Christi este domingo 2 de junio.

El Arzobispo de Quito, Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, presidió la Eucaristía y en su homilía, destacó la importancia de la Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo como una celebración profundamente arraigada en el corazón y la fe del pueblo. 

Subrayó que esta festividad debe ser una oportunidad para desarrollar un "hambre" de Eucaristía, de fraternidad y de vida verdadera. Estas palabras invitan a una reflexión sobre cómo la Eucaristía no solo nutre espiritualmente, sino que también nos llama a una vida de comunión y servicio hacia nuestros semejantes. 

Mons. Espinoza explicó que «comulgar con Cristo y con su Cuerpo y Sangre es también comulgar con el hermano», especialmente «con aquellos que sufren, los pobres y los desvalidos». Esta reflexión se enmarca en la preparación del Congreso Eucarístico Internacional Quito 2024 (IEC2024), donde se nos invita a «crear fraternidad para sanar las heridas del mundo». La Eucaristía, según el Sr. Arzobispo, representa un llamado a la acción solidaria y fraterna, recordándonos que no podemos vivir nuestra fe de manera aislada.

Haciendo alusión al tema del IEC2024, Mons. Espinoza invitó a los fieles a ser «misioneros eucarísticos, que alimentados con el pan de vida eterna salen a curar las heridas del hermano concreto. Es que la Eucaristía debe prolongarse en la vida y para la vida de todos».

Terminada la Eucaristía y arropados por el brillante sol de Quito, el Santísimo Sacramento fue llevado por algunas calles del Centro Histórico entre las coloridas alfombras florales que resaltaban la belleza de Jesús, presente en la hostia consagrada. 

Tania Ortiz, una residente local, expresó la admiración y gratitud de la comunidad hacia aquellos que dedicaron su esfuerzo en la elaboración de los arreglos florales y la organización de los eventos, destacando la importancia cultural y espiritual de la festividad.

La procesión terminó en la Basílica del Voto Nacional con la bendición solemne y con la invitación de continuar celebrando y honrando esta significativa festividad para la ciudad de Quito.

La tradición de las alfombras florales en la festividad de Corpus Christi tiene una larga historia en Quito. Esta práctica se remonta a varios años atrás y es un reflejo del fervor religioso y cultural que caracteriza a su gente. Los colores vibrantes y los diseños, no solo embellecen las calles del Centro Histórico, sino que también sirven como una manifestación de la devoción y la creatividad de los fieles.

 

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